“¿Usted es testigo de Jehová?””
JAQUE, Juan Carlos, Clase 1964.
Fuimos incorporados en RIM 26, el 23 de febrero de 1983, en Junín de los Andes y
el 31 de Agosto de ese año nos mandaron a Campo de Mayo. Estuve hasta el 10 de
noviembre, fecha en que me mandaron a Magdalena, donde estuve hasta el 9 de
Abril del 1986.
En una ocasión, un domingo, como siempre se levanto a la compañía temprano, nos
hacían desayunar afuera en la Plaza de Armas, con “el fresquito” que hace en
Junín de los Andes, cuando el suboficial me ve pregunta “¿usted es testigo de
Jehová?”, le contesté afirmativamente, y luego me ordeno, “forme fila, porque va
a ir a misa”, quise explicarle que en esa reunión no se enseñaba lo que dice la
Biblia y por eso le pedía no ir.
No le interesó mi explicación y me mando a misa con el resto, allí comenzó mi
oración a Jehová suplicando que me ayude a ver que podía hacer. Cuando comienza
la misa, me levanté y le dije “me voy a la compañía”, me respondió con cara de
odio, “vaya, después hablamos”.
Agradecí a Jehová esa salida, pero tenía un bajón terrible, encima cuando llegue
a la compañía veía por el ventanal como llegaban familiares a visitar a los
soldados, y yo la única comunicación que tenía con mi familia era por carta,
oraba a Jehová, cuando de repente me llama un sargento por mi apellido, mientras
iba me imaginaba el reto y la burla a la que me enfrentaría por que era lo
habitual, encima estaba solo porque a Daniel Cazazola lo habían puesto en otra
compañía.
Grande y emocionante fue mi sorpresa cuando el militar me dijo “lo felicito por
su postura, estoy subscripto a la Atalaya y Despertad, el de arriba es el que va
a juzgar, lo que necesite avíseme”. Le agradecí y por supuesto a Jehová le
derramé mis lágrimas por levantarme el ánimo de esa manera.
Siempre vimos la mano de Jehová con los hermanos que me toco estar mostrando
lealtad.