Para comienzos de 1976, una hoja de mi Biblia, la Traducción del Nuevo Mundo (de
tapas verdes) se empezó a desprender, para Abril de ese año, justo antes de que
me incorporaran al Servicio Militar, esa hoja se salió.
Así que me la llevé escondida en un bolsillo cuando me trasladaron a la ciudad
de City Bell, muy lejos de casa, al Batallón de Comunicaciones 601, donde luego
de negarme a usar la ropa e instrucción militar, estuve muchos meses sólo e
incomunicado.
Pronto empecé a pasar momentos de tensión y miedo y recordé que tenía una hoja
de la Biblia escondida en un bolsillo, aunque hasta ahí no me había percatado de
qué libro y capítulo era.
La empecé a leer y allí estaba todo lo que necesitaba, un texto que me dio paz y
fortaleza cada vez que lo leía: Filipenses 4:13, “Para todas las cosas tengo
la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.”
Esa fue la clave de mi integridad durante los 4 años de esa prueba, saber que
dependía del poder garantizado de Jehová.