Relatos: Los tíos...
NEGRETE, Domingo Juan, Clase 1925: Relato de su caso.
Mi padre
ingresó al Ejército Argentino el año 1950 y en 1968 pidió el retiro efectivo.
Para 1978 lo convocaron para desplegarse en el sur por el conflicto del Beagle.
Claro, para este tiempo mi papá ya había conocido la verdad.
Se presentó en la unidad donde lo citaron y ante la negativa de incorporarse al
servicio activo, es detenido. De allí pasó por otra guarnición militar hasta que
terminó en el Instituto Penal Militar de Magdalena.
Para ese tiempo mi papá comenzó con problemas de diabetes y a pesar de estar
medicado no la recibía en tiempo y forma. También tuvo, a pesar de la contención
de los hermanos, una gran depresión. No era para menos, porque a mi mama aquí en
Rosario (Santa Fe), le detectaron una enfermedad por la cual tuvieron que
amputarle una pierna.
No solamente eso, además le retiraron el sueldo, ante lo cual pasó a depender
exclusivamente de la asistencia, tanto humana como económica mía y de mi esposa,
que para ese tiempo teníamos tres niños pequeños. Mas aún, a mi mama le
retiraron la jubilación de mi papá como castigo por no obedecer órdenes
militares, por lo que comenzamos a tramitar una pensión para ella.
Esto tomó mucho tiempo y no tuvieron mejor idea que mandarnos una carta diciendo
que debido al fallecimiento de mi papá le daban una paupérrima pensión a mi
mamá, cuando mi papá estaba en ese mismo momento detenido en Magdalena. Para
este tiempo mi papá tenía serios problemas con la diabetes, a tal punto que
cuando regresó de Magdalena vino con muy poca visión.
A poco tiempo de volver a su casa en 1983 mi mamá falleció, y como ella era la
que recibía la pensión por la supuesta muerte de mi padre, éste queda sin
ninguna cobertura médica, lo que fue también una gran prueba para nuestra
familia. Poco tiempo después quedó sin visión totalmente y con serios problemas
motrices hasta su fallecimiento en 1996.
Sin dudas que fue una gran prueba para mi padre y mi mama Rosa. También para mi
esposa Rosanna y nuestros hijos que tanto colaboraron con su abuelo en su cruel
enfermedad. Pero es un bálsamo saber que fue integro para con Jehová y que todos
nosotros fuimos participes para que lo logre de la mejor manera. Además también
fue ejemplo para los hermanos jóvenes que estuvieron detenidos con él.
También para nosotros, que seguimos adelante como familia sirviendo a nuestro
Dios Jehová
Relatado por su hijo Daniel Osvaldo Negrete.


